· BRONQUITIS: Sobre el pulmón actúan las sustancias tóxicas del tabaco, produciendo una paralización de los cilios vibrátiles. Esto hace que no se efectúe su labor de "limpieza" hacia el exterior de sustancias que se introducen en el árbol respiratorio, provocándose infecciones en esa zona. Las sustancias irritantes producen una inflamación de la mucosa, que se defiende con una hipertensión de moco, el cual, al no poder eliminarse por la falta de cilios vibrátiles, se acumula en el bronquio, precisándose fuertes golpes de tos para eliminarlos. Asimismo, se altera la estructura bioquímica del mucus bronquial, siendo éste más espeso, más compacto y más difícil de eliminar. Esta es la base de un terreno ideal para la multiplicación y acantonamiento de los gérmenes, los que a su vez, provocan la agravación de la infección, la hipersecreción y la alteración del moco bronquial.
· BRONQUITIS CRÓNICA: Es la agravación de lo antes especificado, más una disminución de la elasticidad del tórax. Este se hace rígido, disminuye la capacidad de entrada del aire, aumenta la secreción y aparece la disnea o dificultad respiratoria, pudiendo ser tan difícil el respirar, que aparecen cuadros similares a la asfixia.
· ENFISEMA: La suma de las lesiones anteriores hace que la mucina tapone los bronquios delgados y los bronquiolos, obstruyendo el árbol bronquial. Al no poderse ventilar como es debido, se van distendiendo progresivamente por falta de elasticidad los músculos lisos pulmonares, acumulándose aire en su interior, llevando al fumador al enfisema. La capacidad pulmonar está disminuida y el volumen espirado es inferior a lo normal. El no fumador gasta el 5% de la energía en respirar; el enfisematoso llega a gastar el 80%; su vida queda limitada a la mera supervivencia del acto de la respiración. No puede hacer otra cosa.
· CÁNCER DE LARINGE: La frecuencia de su aparición es 5.4 veces superior entre los fumadores.
· CÁNCER DE PULMÓN: Aumenta en relación directa con el número de cigarrillos fumados, edad de inicio, cantidad de chupadas que se da al cigarrillo, costumbre de conservar el cigarrillo en la boca entre las chupadas, volver a encender cigarrillos apagados. Los grandes fumadores corren un riesgo de 15 a 30 veces más elevados que los no fumadores.
bien el blog.
ResponderEliminarsuerte con el trabajo
www.alcoholismocsj.wordpress.com
Luciano Lauzzo, Ezequiel Santangelo y Francisco Carrizo